Los últimos meses han sido de pesadilla para los vecinos del sector Campo Las Delicias, parroquia Jusepín de Maturín, por el hampa que se desató y no hay quien los cuide.
Los habitantes de la comunidad duermen con un ojo abierto y el otro cerrado porque los delincuentes rompen los techos, puertas y ventanas y cargan con todo. Se preparan con silbatos y demás objetos que hagan ruido para espantar a los ladrones.
Dicen que los sujetos en actitud irregular son jovencitos de entre 16 y 24 años de edad y aunque han intentado conversar con sus padres para ponerles reparo, se hacen los desentendidos.
Los afectados dicen que ni siquiera pueden salir al centro, porque cuando van llegando a La Cruz los llaman para que se regresen porque los están dejando sin nada. En ocasiones, estando la familia en casa, le cortan la luz para meterse y torturar a sus víctimas.
Los denunciantes prefirieron no identificarse por temor a que las amenazas de los delincuente se ha haga realidad, matar a quien salga de “sapo” a denunciar.
Explicaron que han recurrido a la Policía estadal y los rebotan para la Guardia Nacional y cuando llegan al comando del cuerpo castrense les dicen que es asunto del Cicpc.
Piden a las autoridades en materia de seguridad reforzar los dispositivos de patrullaje, puesto que viven con el Cristo en Boca y temen por sus vidas.