Según las estimaciones que ha realizado la Organización Civil Conciencia Ciudadana, en el estado Monagas, cerca del 40% ha incrementado la desnutrición y la baja talla en la población juvenil y adulta mayor.
Marlene Rodríguez, representante de la Organización, detalló que estas cifras se comparan con la que manejaban a inicio de la pandemia por el covid-19, es decir en marzo del 2020.
Detalló que, producto de la mala alimentación de los monaguenses han detectado en las jornadas médico asistencial un importante número de jóvenes con cuadros de hipotensión arterial.
Rodríguez comentó que, el bajo sueldo que percibe un ciudadano no alcanza para cubrir la canasta básica y las familias solo consumen granos, arroz, yucas y sardinas, quedando muy lejos la probabilidad de adquirir proteína animal.
Agregó la representante de Conciencia Ciudadana que las edades de las personas con este cuadro de desnutrición y bajo peso son desde los 20 hasta la vejez.
“En la entrevista de los médicos con los pacientes no encontramos que muchas personas cumplen con una o dos comidas al día y, en algunos casos pasan el día sin ingerir alimentos”, dijo.
Por su parte, el doctor Manuel Velásquez, de la Asociación Civil Por Amor a Ti, destacó que actualmente no existen cifras oficiales de la situación nutricional en Monagas y en toda Venezuela, pero que, por las actividades que desarrollan en las comunidades de la entidad, el estimado de personas con desnutrición y bajo peso ronda al 40%.
Detalló el galeno que, las estadísticas manejadas por esta Asociación, hace tres años, la tasa de desnutrición aguda era del 30% mientras que la fase severa rondaba el 40%.
Velásquez alerta que las cifras de malnutrición puedan elevarse si, desde el Ejecutivo nacional, no se toman las medidas necesarias para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, con sueldos que permitan no solo comprar tres productos, sino todo lo necesario para una buena dieta.
“Hoy vemos a mucha gente comiendo de la basura, los sueldos no alcanzan y si esto no mejora las consecuencias pueden ser fatales”, aseveró.
Al respecto, Cáritas de Venezuela insisten como consecuencia de los problemas alimenticios, se produce el retraso del crecimiento y esta situación se ha acumulado de forma sostenida desde 2016 y la escala del problema se ha mantenido por encima de los umbrales internacionales de manera consistente.
Susana Raffalli, investigadora de Cáritas, indicó este 5 de noviembre que los datos fueron provienen de la evaluación de los niños del programa Saman durante el período 2017-2020 y utilizaron los patrones de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El propósito de este trabajo fue identificar en qué edades hay retrasos de crecimiento, así como exigir la reprogramación de las estrategias para abordar el problema en el país.
Raffalli alertó sobre el retraso del crecimiento como consecuencia de la desnutrición crónica y explicó que fue más frecuente identificarlo en los primeros dos años de vida de los niños. Además, un 41 % de los casos estudiados arrojó que el pico de prevalencia ocurre específicamente entre los 20 y 22 meses de edad. Resaltó que hay mayor incidencia en las niñas con respecto a los niños.