El mundo conoce la arepa y el tequeño, provenientes de la gastronomía venezolana. Otras palabras nos sonaban ya sobradamente, como es el caso de “empanada”. Es raro encontrar un país hispanoamericano en el que esta última no sea típica, y Venezuela no es una excepción. Frente a las más famosas por aquí -las empanadas argentinas-, que se hacen con harina de trigo y se hornean, en Venezuela se hacen harina es de maíz y van fritas. A partir de ahí, las posibilidades son infinitas: admiten pescado (cazón es el más habitual), pollo, carne mechada, queso o caraotas negras (alubias), por nombrar solo algunos rellenos.
En Venezuela se preparan en las casas y se encuentran a la venta en bares, luncherías (establecimientos de comida informal) y puestos callejeros, donde se consumen sobre todo durante el día: son el desayuno de medio país. Para que te animes a darles vida con tus propias manos, no hay una casa donde la empanada no forme parte del desayuno o la cena, sobre todo en el oriente del país, algunas son tan sofisticadas que las puedes encontrar de camarones o de mejillones no hay ni un solo mercado popular de cualquier ciudad oriental donde la empanada no sea la favorita de la familia y también de los foráneos