Desde hace más de un año, habitantes del sector La Manga parroquia San Simón padecen por la constante intermitencia en el servicio del agua potable que en algunas oportunidades tarda hasta 15 días en llegar.
Es por ello que para muchas familias ya es común que deban usar agua de lluvia y de los aires acondicionados para poder solventar un poco la situación que califican de “crítica”, mientras que otras acuden al parque La Guaricha a llenar sus recipientes para lo que deben pagar 100 mil por botellón.
“Un tanque no alcanza para una semana que es lo que tarde en llegar el agua porque hay casas donde las familias son numerosas. Hasta dos semanas hemos estado sin el servicio y con la pandemia que dicen que se debe mantener la higiene, lavándose constantemente las manos y bañarse no se puede cumplir”, expresó José Meneses, uno de los afectados.
Aunque la zona está cercana a la planta potabilizadora del Bajo Guarapiche, los residentes los residentes no se explican por qué hay tantas fallas con el suministro. Afirman que unas 500 familias se ven afectadas.
“Tenemos que ir a otros sectores donde hay manantiales o sino al parque La Guaricha. La gente del Clap no da respuesta sobre el problema, hay mucha desinformación por esa parte. La excusa siempre es que se queman las bombas”, indicó Miguel Bárcenas, otro de los vecinos.
Por su parte Sobeida Arriojas, señaló que el problema es “grave y constante” por lo que en su casas deben cargar agua a otras partes y cuando el recurso hídrico llega a sus casas, es poco y en ocasiones sucia.
“Hace un mes estuvimos 15 días sin agua, rogando a Dios que lloviera para llenar los recipientes y tener para por lo menos bañarnos, fregar y limpiar la casa. Para cocinar y tomar, un botellón cuesta 450 mil bolívares que dura apenas dos días”, dijo Arriojas.
Hacen un llamado a las autoridades de Aguas de Monagas a solventar prontamente la situación, pues tampoco de explican qué sucede con el tanque rojo que en teoría debería abastecer el sector.