Los jefes de patología analizaron el cráneo de la fallecida y presuntamente certificaron que “no hay ningún tipo de lesión” provocada por alguna otra persona. “No existe signo de violencia externa que fuera provocada por terceros”, comentó una fuente del sistema judicial.
“Lo que se observa en la espalda son livideces cadavéricas y en la cara no se observan golpes”, según los informes forenses.
“Las escoriaciones que presenta el cadáver son muy mínimas y no se corresponden con violencia externa”, recalca el informe comentado por una fuente quien explicó que los párpados hinchados pudieron haberse generado “porque se pasó la mano por los ojos cuando estaba llorando, aunado a la reacción a algún medicamento”.
“El Ministerio de Interiores informó que se realizaba una investigación para esclarecer el fallecimiento de la teniente “según lo establecido en los protocolos de actuación”.
Vale la pena recordar que los familiares de Oliveros expresaron dudas sobre el fallecimiento de la militar, razón por la cual solicitaron al Ministerio Público efectuar una segunda autopsia al cadáver.
El cuerpo de la militar fue localizado el domingo pasado colgado dentro de un baño del 512 Batallón de Infantería Tomás Heres, ubicado en Tumeremo (Bolívar).